IMPORTANTE: Hoy a pocos días de la segunda vuelta
electoral donde se miden dos representantes de la reacción, del capitalismo.
Dos agentes del imperialismo, toma mucha importancia la lectura del presente
material de FARC-EP de Colombia.
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria)
PC(AP)
Comisión Internacional de las FARC-EP
El imperialismo
estadounidense ha mantenido, además del sometimiento económico, un dominio
militar en todo el continente para lo cual ha promovido invasiones directas,
golpes de Estado, elecciones presidenciales fraudulentas… Gobiernos surgidos de
esa manera son incondicionales a sus políticas, sumisos aceptan la instalación
de bases militares en nuestros países, sin importarles que sean violatorias de
la soberanía nacional y sirvan para agredir a los vecinos o a pueblos de otros
continentes.
Los primeros en
sufrir la humillación fueron Puerto Rico y Cuba, esta última con la base de
Guantánamo, que hoy en día sirve de cárcel para los prisioneros acusados de
terrorismo y que han sido secuestrados en diversos países. Quienes tienen la
desgracia de llegar allí reciben trato de enemigo y no tienen derecho alguno,
ni siquiera el de la legítima defensa. La tortura es ejercida abiertamente, sin
que muchos gobiernos y organismos internacionales se atrevan a condenarla
públicamente. Es una afrenta a la comunidad internacional y una mancha
indeleble que jamás podrá borrar la “injusticia Norteamericana”
Ante el avance de
los procesos democráticos y la unidad latino-americana y caribeña al tiempo que
se consolidan procesos como: MERCOSUR, UNASUR, CARICOM, ALBA Y LA CELAC, el
imperio prosigue sin pausa la ocupación militar. Así, en la actualidad se
encuentran 36 bases militares diseminadas por todo el continente, ocupando
posiciones estratégicas en la región. El pretexto: la lucha contra el
narcotráfico y el terrorismo.
El caso colombiano
es muy diciente. El presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), le entregó todo
el territorio nacional a los halcones de la guerra. Se reconoce la existencia
de 7 bases militares, pero en realidad hay doce y los Estados Unidos disponen
de permiso para usar, en caso “necesario” todos los puertos y aeropuertos del
país con fines bélicos. Colombia quedó cubierta militarmente, pero las
operaciones militares no son sólo para Colombia. La base de Palanquero ha sido
modernizada para recibir aviones de guerra de última generación, con capacidad
de operar en toda la parte sur del continente, controlar el océano Atlántico e
intervenir en países africanos.
A lo anterior hay
que sumarle el despliegue de la Cuarta Flota y entonces nos encontramos con que
los EE.UU. actúan amenazadoramente para disuadir o intervenir en cualquier
nación del continente con una supremacía absoluta y con una velocidad
asombrosa. En minutos pueden desembarcar miles de soldados en cualquiera de las
bases en Colombia. Sus avanzadas están en posición. Disponen de inteligencia
estratégica táctica y sobre objetivos militares a ser aniquilados o
neutralizados.
Colombia tiene la
fuerza militar más numerosa de América del Sur, 500 mil soldados hombres y
mujeres entrenados para la guerra, con armamento moderno, aviones de combate,
Drones equipados con mecanismos de espionaje de la más alta tecnología,
satélites con sensores que detectan luz, calor, humo y presencia de seres
humanos; disponen de equipos de fotografía que pueden captar a una persona a
muchos de kilómetros de distancia. Con la particularidad que esta tecnología es
manejada directamente por personal estadounidense y en muchas de esas bases hay
lugares en los que está restringido el acceso al personal de nacionalidad
colombiana.
En Colombia la vida
civil se ha militarizado. Los gerentes, administradores, funcionarios públicos,
profesionales independientes, han recibido formación militar y grados
militares, que los acreditan como capitanes, mayores o coroneles de la reserva
que en un momento dado pueden entrar a dar órdenes a militares de menor rango.
En muchas áreas del país los asesores y personal militar estadounidense,
circula libremente. Es indigno y antipatriótico ver cómo militares colombianos
se acostumbran a realizar operaciones bajo sus órdenes.
Son varios los
casos reportados de pilotos norteamericanos que han muerto en accidentes o al
ser derribados sus aviones por la guerrilla. Ninguna de estas noticias
trasciende a la prensa por el cerco informativo que se ejerce sobre el tema.
Igual está pasando por todo el continente. Las oligarquías en el poder
alineados con esta política ni se molestan, ni critican, ni denuncian la
instalación de bases en Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Perú, Paraguay,
Chile, Haití, Puerto Rico, Bolivia (*), Brasil y otras.
Ha sido un trabajo
lento, pero seguro; ningún país está en capacidad de responder militarmente al
imperio, pero sí de obligarlo a salir de su territorio como lo hizo Rafael
Correa con la Base de Manta, en el Ecuador. Esto demuestra que mientras haya
gobiernos democráticos y pueblos erguidos, el imperio no las tiene todas
consigo.
El despertar de
nuestra América es innegable, hoy contamos con gobiernos patrióticos que
levantan las banderas de la dignidad y el antiimperialismo, la movilización y
la protesta social crecen cada vez más y entre sus consignas aparece la lucha
contra el Imperio, el capitalismo, el neoliberalismo; por la autodeterminación
de los pueblos, la defensa de la soberanía nacional y el repudio a la presencia
militar yanqui en el continente; consignas que todos los revolucionarios,
demócratas y patriotas estamos obligados a agitar para que prendan en la
conciencia popular y así hacer abortar los planes de dominación continental
Tarea urgente y necesaria es organizar una campaña simultánea en todos los
países de América Latina y el Caribe contra las base norteamericanas.
¡Fuera las bases
militares estadounidenses de nuestro continente!
¡Viva la Patria
Grande y el Socialismo!
Contra el
Imperialismo; por la Patria. Contra la oligarquía, por el pueblo
Comisión
Internacional de las FARC EP.
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