jueves, 16 de enero de 2014

EL PROYECTO DE AFP ESTATAL DE LA NUEVA “MAYORÍA”, COMO OBJETIVO DE CONSOLIDACIÓN Y LEGITIMACIÓN DE UN MODELO PREVISIONAL DESASTROSO E INMORAL

El sistema previsional de la AFP, en la actualidad, ya no admite ninguna discusión respecto de su fracaso y de la hecatombe que ha significado para la clase obrera chilena (solo aquellos que se han enriquecido y beneficiado de dicho modelo, como los dueños de las AFP y los grandes empresarios y sus voceros políticos, se esmeran en defenderlo). Informes internacionales, como los de la OCDE, informes de distintos economistas nacionales y extranjeros, incluidos aquellos que en teoría son defensores acérrimos de este modelo, como los miembros consejeros del Banco Central Chileno, dan cuenta de esta realidad. La evidencia nos dice que bajo el modelo actual, el 60% de los trabajadores que impone en este sistema alcanzaría una pensión inferior a los 150.000 pesos al momento de su jubilación. De acuerdo a los informes de la OCDE, la tasa de reemplazo bruta y sin quiebre en la carrera llega al 34% para las mujeres y a un 44% para los hombres (es decir, el porcentaje del sueldo con que se jubilan las personas). Este desolador panorama para la clase de trabajadora chilena, hoy en día, ya se está manifestando, siendo ejemplo de esto el hecho de que gran cantidad de personas que teniendo más de 65 años y ya estando jubilada, aun sigue laborando para efectos de poder subsistir, dada la evidente insuficiencia de las pensiones. La situación más terrible se da en aquellos trabajadores de tercera edad ya jubilados, quienes a pesar de su voluntad de seguir trabajando -dada la insuficiencia de su pensión y consecuente necesidad de subsistencia-, están impedidos en vista de que no son contratados atendidas sus edades o porque derechamente sus condiciones físicas ya no se lo permiten. En tales circunstancias, solo la caridad familiar o de terceros puede permitir que estos trabajadores chilenos no queden en una situación de indigencia o de desamparo total.
En este contexto, la propuesta de la electa presidenta Bachelet de crear una AFP de carácter estatal, como una supuesta solución para el desastroso sistema previsional chileno, no viene a constituir más que un cambio cosmético y una consolidación de un sistema fracasado, que no ha significado más que el empobrecimiento de la vida de los pensionados chilenos. El análisis de los especialistas en la materia e, incluso de aquellos defensores del sistema de AFP (como la del Presidente de la Asociación Chilena de Seguridad, el empresario Fernán Gazmuri), son claros en afirmar que el proyecto de AFP Estatal no significa ningún cambio de fondo al sistema previsional, sino que, por el contrario, no implica otra cosa que su consolidación y legitimación. ¿Cuál es el argumento para levantar el proyecto de AFP Estatal? El argumento sostenido por sus propugnadores se basa en que una AFP Estatal cobraría una tasa de comisión menor al resto de las AFPs, lo cual volvería más “competitivo” el sistema. Sin embargo, la evidencia ya demostró que la baja en las tasas de comisión que cobran la AFP no tienen incidencia en el resultado final sobre el monto de las pensiones recibida por los trabajadores. En efecto, la “reforma” al sistema previsional en el último gobierno de Bachelet, que permitió la entrada al mercado de nuevas AFPs privadas, tuvo la consecuencia de que varias de ellas bajaran sus tasas de comisión, como la AFP Modelo, que hoy en día cobra en el mercado la menor tasa de comisión sobre los ingresos de los trabajadores (0,77%), lo cual sin embargo, desde la perspectiva de la mejora de las pensiones de los trabajadores ha tenido nulos efectos, y que, por lo demás, no ha afectado en ninguna medida la ganancia del resto de las otras AFPs. En este sentido, la entrada de una eventual AFP Estatal no va a modificar en nada la dinámica actual del sistema de pensiones de capitalización individual (por otra parte, ni siquiera  se puede garantizar que sus tasas de comisión serán más bajas que las otras AFPs, teniendo en cuenta lo que ocurre con el Banco Estado que funciona igual que los Bancos privados y que incluso ha llegado a cobrar tasas elevadas e ilegales en las Cuentas de Ahorro de los usuarios) ¿Por qué el proyecto de AFP Estatal no cambia la esencia de dicho modelo?  Porque al igual que resto de las AFPs, su funcionamiento debería ajustarse al Decreto Ley Nº 3500, el que fija los lineamientos y reglas de este modelo. Es decir, debería estructurarse bajo un modelo basado en la capitalización individual, la especulación e inversión financiera. En este sentido, hay que tener absolutamente claro que el propósito de la AFPs no son mejorar las pensiones de los trabajadores chilenos, sino que su objetivo de fondo responde a capitalizar a las grandes empresas (desde esta perspectiva, sin duda que ha sido “exitoso” el modelo, dado que los 10 más grandes grupos empresariales chilenos se capitalizan en parte importante gracias a las cotizaciones de los trabajadores, razón que explica porqué dicho modelo cuenta con tanto defensores entre la elite social y económica y en el mundo político), lo cual explica la substancia a la que responde el modelo y las consecuencias que este ha tenido para los trabajadores. En efecto, bajo un modelo de inversión y especulación financiera, las consecuencias de dicha dinámica traen consigo las fluctuación y pérdidas constante de los fondos de pensiones de los trabajadores, dado que están sujetos a los vaivenes del mercado nacional e internacional (cuestión que bajo la severa crisis económica financiera que afecta al mundo globalizado desde el año 2007, ha tenido dramáticos efectos para los fondos de pensiones). Más aún, al estar regido bajo una modalidad basada en la inversión y especulación financiera, los fondos de pensiones quedan sujetos a la mera voluntad y manejo de los directorios de accionistas de las empresas captadoras de estos fondos, cuestión que no significa otra cosa, que los fondos de pensiones sean un simple valor de cambio sujetos al mero capricho de dichos directorios (ejemplo emblemáticos de estos manejos, lo constituyen casos como el de la empresa Polar o Soquimich, en el que los directorios controlados por los grandes accionistas estafaron a los minoritarios, contándose entre los estafados precisamente a los fondos de pensiones).
De esta forma, se comprende que la AFP Estatal (tomando en cuenta el carácter  del Estado chileno) de modo alguno va cambiar la substancia del sistema de previsión chileno, por el contrario, no significará otra cosa que la consolidación y validación de un sistema previsional canalla. En efecto, la entrada del Estado al negocio de la AFP implica darle el visto bueno y la legitimación a un modelo que está en una profunda crisis y que genera un abrumador rechazo por parte de la clase trabajadora chilena. Su eventual creación, no significa otra cosa que encubrir la infamia y la inmoralidad de un modelo basado en el robo legalizado de los ingresos de los trabajadores para objeto de financiar a los grandes capitalistas, e impedir, a su vez, una reforma estructural de dicho sistema. La solución urgente e  inmediata del sistema previsional chileno pasa por la eliminación completa del sistema de AFPs y por la creación de un sistema estatal de previsión basado en sistema de reparto solidario basado en el aporte tripartito de empresarios, el Fisco y de los trabajadores. Solo bajo dicha modalidad previsional se podrá devolver la dignidad pérdida para la clase obrera y los pensionados del país.  

Camarada Santiago
Abogado



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