Un doctor, un hospital para casi 800 mil habitantes…una burla del gobierno y un trato discriminatorio e indignante, siendo una atención paupérrima, las esperas se prolongan por mas de seis horas, y hasta las ambulancias para el traslado de urgencia de pacientes se deben llenar a toda capacidad, de lo contrario no salen, sin importar la gravedad de los enfermos, también está la estafa o negociado por el cobro de estacionamiento a las personas que vienen de urgencia al hospital, lo cual ha sido denunciado por el alto costo, tal es así que sale más barato trasladarse en colectivo o taxi. Esta realidad ha sobrepasado todo límite.
La carencia de muchos profesionales está en toda la red de la salud pública, y otros van renunciando, ya sea por la recarga de trabajo, malos sueldos, falta de insumos, en definitiva, todo recae en una pésima atención y la peor calidad a los usuarios. Ante esta crítica situación, se abre el apetito a la voracidad del sector privado, que es la política del modelo económico impulsado por los gobiernos neoliberales de la alianza y la nueva mayoría, todo ha sido intencionalmente provocado para destruir y desmantelar los hospitales públicos y traspasarlos al sector privado, por lo tanto, no es casual, y el nuevo gobierno no tiene contemplado mejorar la SALUD PÚBLICA, ya que esto significa contratar los profesionales necesarios para que realmente puedan entregar una atención oportuna y de calidad , a lo que no están dispuestos, no quieren desembolsar mayores recursos en la salud pública, la que atiende a mas de 13 millones de chilenos, pero han contratado a mas de 7000 puestos o pitutos en la administración pública, de todos los partidos de la nueva mayoría, con sueldos millonarios, sin embargo, no hay recursos para contratar los 2000 profesionales de distintas áreas.
Si queremos cambiar esta catástrofe generalizada, debemos unirnos, organizarnos y luchar, tantos los usuarios como todos los trabajadores, también ninguneados por los gobiernos, que sólo hacen negocios con la salud privada, con un jugoso financiamiento de los recursos de FONASA, del presupuesto anual y las subvenciones del Estado, sin contar los escandalosos precios que cobran a sus clientes, sean isapres, clínicas y hospitales privados; es por eso, esa desviación de los dineros del Estado y los cotizantes no llegan a la RED DE LA SALUD PUBLICA, llegan a los bolsillos de estas entidades privadas.
La salud es un derecho social y no una fuente de negocio, esto es solo posible cambiando el carácter actual del orden jurídico, donde todo es negocio y más negocio, es decir, CAMBIAR LA ACTUAL CONSTITUCIÓN patronal, antipopular y antinacional.
¡A DEFENDER LA SALUD PÚBLICA - NO A LA PRIVATIZACIÓN!
Valdemar Sanhueza
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