domingo, 11 de mayo de 2014

SEQUÍA EN CHILE: UN PROBLEMA DEL QUE YA SUFRIMOS CONSECUENCIA

En la misma televisión y los medios de prensa escritos hemos podido ver como se anuncia un 2014 de mucha lluvia, y de hecho la naturaleza ya nos dio una demostración; este primer fin de semana de Mayo en la Octava Región, donde cayeron precipitaciones que incluso dejaron afectadas a algunas familias debido a la mala planificación de sus viviendas y poblaciones por parte de los municipios y el Gobierno central, sufriendo anegamientos y voladuras de techo. Sin embargo, a pesar de esto y las intensas lluvias que se pronostican para todo el invierno, la cantidad de agua no podrá mejorar la situación de sequía en la que se encuentra nuestro país, donde la Dirección Metropolitana ha declarado que nos encontramos en la década más seca (2003-2013) de la historia, en donde los índices de escasez hídrica han caído en un 34,9% respecto al promedio normal; a esto se le suma que existe una proyección para las próximos años destinada a la disminución del agua, la cual se prevee prácticamente irreversible. Desde las autoridades y científicos al servicio del empresariado emana el argumento que esto se debe al calentamiento global ligado a un constante cambio climático, pero lo que omiten y callan, es que la mayor cantidad de agua extraída de nuestros suelos (napas subterráneas) y de la cordillera, es consumida por las grandes empresas mineras (en el norte y parte de la zona central), por las grandes industrias agrícolas (que principalmente exportan los alimentos –ubicadas en la zona central–), y en el sur por los grandes embalses, que han generado impactos ambientales considerables en la zona, sumándole a esto la industria forestal que afecta la zona central y sur, que ha secado gran cantidad de terrenos gracias a su plantación de Pino y Eucaliptus, árboles que consumen gran cantidad de agua y que inclusive infertilizan los suelos. Esto impacta directamente a la población, al poblador común, ya que en el norte muchas zonas han sido declaradas en alerta, ya que realmente no sale agua de la llave, en el centro, los pequeños y medianos agricultores -que son los que realmente abastecen de alimentos a la ciudadanía chilena- se han quedado sin agua para sus cultivos, y en la zona centro llegando al sur, se han perdido zonas que antes se destinaban para el ganado, disminuyendo las cantidades de carne y leche para el consumo de la comunidad en Chile.


Esta sobreexplotación de las aguas por parte de los grandes empresarios y que ha dejado a la población común sin este vital recurso o lo ha disminuido, han sido amparados por el antiguo Gobierno de Piñera y por los antiguos y él nuevo Gobierno de la Nueva “Mayoría” hoy representado por Michelle Bachellet. Han sido amparados a través de dos maneras, la primera es a través de la ley, en donde el Código de Aguas de 1981, basado en la constitución fascista de Pinochet de 1980. En este Código de Aguas, el Estado deja de hacerse cargo del uso del agua e instala una concepción de relación entre agua-persona, en donde el particular tiene el derecho de hacer lo que quiera con su agua, arrendarla, venderla, sobreexplotarla, entre otras opciones, en donde nadie puede si quiera reclamar en su contra. Además este código, la Constitución de 1980 y la ideología que viene detrás, el capitalismo, promueven el principio que el agua es un bien de consumo, articulándose un mercado del agua, donde se olvida el agua como un derecho humano vital.

La otra forma que han utilizado para amparar a los empresarios, es la de hacer campañas para que nosotros utilicemos el agua de manera responsable, siendo que aunque todos dejáramos el agua corriendo todo el día, aparte de subirnos la cuenta al final del mes, jamás igualaríamos el uso que hacen las empresas de éste recurso (empresas que ni pagan o pagan el mínimo por su uso) en un día. 

Aunque la primera exigencia vendría a ser que se cambie el Código de Aguas de 1981, esto será imposible o se cambiará por un código igual si es que no cambiamos la Constitución de 1980 en un proceso de Asamblea Constituyente con protagonismo popular, en donde nosotros, los pobladores, elijamos el país y los destinos del agua que queremos. También es inminente que las empresas que han sobreexplotado éste recurso natural se vayan, ya que sólo tienen una lógica basada en el mercado, donde sólo quieren ganar más y más millones.


Célula Ricardo Fonseca 
PC(AP)
Comuna de Maipú, Santiago, Chile.

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