domingo, 11 de mayo de 2014

EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y LA LUCHA POR DEMOCRATIZAR LA EDUCACIÓN

La lucha por democratizar la educación es una lucha que ha estado presente en el movimiento estudiantil desde siempre, desde principios del siglo XX, no solo en Chile, sino en toda nuestra América. Desde aquellos años el movimiento social en general y el estudiantil en particular resolvieron la pregunta: ¿al servicio de quién debe estar la educación?, al servicio de los pueblos, y para que esto se lograra, el pueblo necesitaba intervenir directamente en la educación a través de mecanismos pertinentes, como el co-gobierno y la triestamentalidad, los cuales tenían como finalidad romper la lógica que poseía la educación de ese entonces, la lógica de educar desde la elite y para la elite.

Frente a esto, la propuesta estudiantil —madurada en las luchas junto a los trabajadores—, fue que la educación debía ser construida entre todos y para todos, donde estudiantes, profesores y trabajadores de la educación, tuvieran incidencia directa en lo que se enseñara, y como se enseñara, ya que si la educación era para el pueblo debía ser construida por el mismo.

Así llegamos a finales de los 60 con este proceso ya profundizado y llevado a cabo en varias universidades de Chile, producto de la gran movilización social existente, lo cual siguió avanzando más durante la Unidad Popular. Lamentablemente este proceso se vio interrumpido por los acontecimientos ya conocidos del 11 de septiembre de 1973 donde todo lo conquistado fue suprimido.

Con esto comenzó la mercantilización de la educación y de todos los derechos sociales, la persecución de los dirigentes políticos y sociales, el cierre de carreras “peligrosas” y la fragmentación de las universidades para disminuir su capacidad de organización.

Luego de más de una década de lucha, el régimen militar se acabo, dejando claramente su legado, la constitución pinochetista, la LOCE y tantos otros DFL (decreto con fuerza de ley) necesarios para poder perpetuar el modelo neoliberal, lo cual claramente lo consiguieron.

Volviendo a la “democracia”, el movimiento estudiantil comenzó a rearticularse durante los noventa, aunque vacilante, debido a la sensación de victoria y la promesa de democracia e igualdad de la Concertación, lo cual al poco andar se vio que no eran más que engaños para acomodarse en el poder sirviéndose del modelo y por que no, profundizándolo.

Así, a principios de los 90” las universidades comienzan un proceso de democratización, retomando lo perdido en 1973, lo cual, al igual que en dictadura, se vio frenado por los que estaban en el poder, que ahora se comenzaban a servir de los estatutos y los marcos jurídicos heredados de la dictadura para frenar la participación triestamental y hacer uso y abuso de los recursos económicos y financieros, deteriorando la educación.

Esta crisis en la educación, tanto por la participación, como por la mercantilización, salió a la luz con las movilizaciones del 2006 y 2011, donde el tema de la educación volvió a estar en el centro del debate, donde se pudo ver que no basta con maquillar el modelo, como fue el paso de LOCE a LGE o aumentar las becas, ya que esto no solucionará el problema de trasfondo, sino que es solo para desmovilizar al movimiento social, para lo cual la Concertación, hoy Nueva Mayoría, es especialista.



Así llegamos al 2014, donde las demandas de democratización siguen vigentes como demanda histórica del pueblo, las cuales solo podrán resultar barriendo la herencia de la dictadura, cuya matriz es la Constitución, por lo cual, para democratizarla y terminar con la mercantilización de la educación, debemos generar grandes movilizaciones que nos lleven a una Asamblea Constituyente Auto Convocada, donde sea el pueblo el que decida su destino, y que de una vez por todas, la educación sea creada por el pueblo y para el pueblo, poniendo en el centro el progreso social, y no la creación de capital enriqueciendo a los mismos de siempre.


Diego Calderón, 
Estudiante del Ex-Pedagógico y Miembro Coordinador de la 
Corriente Estudiantil Popular 
(CEP)




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